13 de noviembre, 2019
CEPA Panamá
Mitxi, es una joven madre de 20 años quien como todas las mujeres de su familia, tenía la costumbre de hervir agua en una olla y dejarla enfriando en el piso. Nunca antes había pasado nada. Sin embargo, la mañana del 6 de septiembre Mitxi salió de su casa a esperar el regreso de su hija de la escuela, pero el llanto desesperado de su hijo menor le hizo regresar corriendo.
El pequeño Justin, de solo 8 meses de nacido, había estado gateando curioso por la cocina como era su costumbre. Todo indica que el bebe intentó pararse apoyando su cuerpecito sobre la olla, y ésta se volteó. El agua caliente le quemó el pecho, la barriga, la espalda y la pierna derecha.
La madre del niño estaba desesperada, no solo por la reacción natural al ver a su hijo lastimado, sino principalmente porque no sabía cómo actuar. De haber tenido conocimiento sobre atención de quemaduras, las cosas habrían sido menos difíciles para ella y su bebe.
Una quemadura es un tipo de lesión de la piel u otros tejidos, producida por la acción del fuego y del calor, o por el contacto con productos químicos cáusticos o corrosivos. También puede ser causada por descargas eléctricas, por radiación o por fricción.
En Panamá, cada año aproximadamente mil personas son atendidas por quemaduras graves. Como referencia, según estadísticas del Hospital del Niño, son ingresados unos 500 niños al año afectados por quemaduras, siendo el 60% de ellos menores de 4 años.
La mayoría de los niños quemados están en edad preescolar, y sus accidentes son causados por falta de supervisión de los adultos cuidadores mientras cocinan, sobre todo en viviendas donde no existe una separación entre las áreas de la cocina y la habitación.
En el caso de los adultos, las causas más frecuentes de quemaduras en Panamá son: incidentes durante la quema de basura, descuidos en la cocina y accidentes laborales. Dadas esta estadísticas, es muy importante informase sobre los pasos a seguir para la adecuada atención de quemaduras, tanto en adultos como en menores.
Tomar estas 10 simples medidas, le ayudarán a reducir el riesgo de tener accidentes que puedan causar quemaduras:
Para saber cómo tratar a la víctima, y para informar apropiadamente a los servicios de emergencia, es importante saber que clase de quemadura tiene. Para ello, existen varias formas de clasificarlas:
Quemaduras de primer grado (superficiales): Las quemaduras de primer grado afectan únicamente la epidermis, o capa externa de la piel. El sitio de la quemadura es rojo, doloroso, seco y sin ampollas. Las quemaduras leves del sol son un ejemplo. Es raro el daño de largo plazo al tejido, y generalmente consiste de un aumento o disminución del color de la piel.
Quemaduras de segundo grado (espesor parcial): Las quemaduras de segundo grado involucran la epidermis y parte de la capa de la dermis de la piel. El sitio de la quemadura se ve rojo, con ampollas y puede estar inflamado y ser doloroso.
Quemaduras de tercer grado (espesor total): Las quemaduras de tercer grado destruyen tanto la epidermis como la dermis, y pueden dañar el tejido subcutáneo. La quemadura puede verse blanca o carbonizada. La zona afectada pierde sensibilidad.
Quemaduras de cuarto grado: Las quemaduras de cuarto grado también dañan los huesos, los músculos y los tendones subyacentes. No hay sensación en la zona, ya que las terminales nerviosas han sido destruidas.
Quemaduras poco extensas: Corresponden a esta clasificación las quemadura que cubren alrededor de un 1% de la superficie corporal total, puede ser de utilidad considerar la palma de la mano del accidentado como unidad de medida.
Quemaduras extensas: Son aquellas que ocupan más del 1% mencionado. Para determinar el nivel de gravedad se utiliza la denominada Regla de los 9 de Wallace. La misma divide la superficie corporal del adulto en 11 áreas, correspondiendo cada parte el 9% o un múltiplo de 9:
En el caso de los niños, la distribución es un poco diferente:
De acuerdo a esta regla, una quemadura extensa es considerada grave, cuando afecta un 25% de la superficie del cuerpo en víctimas adultas, y un 15% cuando se trata de niños.
Hasta hace pocos años, las quemaduras con una extensión cercana al 30% del cuerpo de la víctima tenían como desenlace su fallecimiento (por deshidratación, fallo multiorgánico o infección generalizada). Los avances en medicina han conseguido que en la actualidad, incluso pacientes con una afectación cercana al 100% sobrevivan, especialmente si las acciones de atención de quemaduras son aplicadas de forma correcta.
Cuando una persona se quema, es instintivo querer tratar sus heridas de forma inmediata. Es muy importante que sepa y recuerde, que los primeros auxilios en algunos casos pueden causar más daño que bien a la víctima y complicar las lesiones. Los primeros auxilios deben prestarse siguiendo un orden determinado:
Cuando se vaya a ofrecer socorro a una víctima de quemaduras, los paramédicos y expertos en seguridad aconsejan seguir estas recomendaciones:
Los niños menores de 4 años y los adultos de más de 60, tienen una mayor probabilidad de presentar complicaciones y muerte a causa de quemaduras graves, debido a que su piel tiende a ser más delgada que en otros grupos de edades.
Como responsable de la seguridad del edificio, el Administrador debe tomar todas las medidas a su alcance para asegurar que se cumplan las normas oficiales del país. Para ello le recomendamos seguir estos consejos:
En CEPA contamos con un equipo multidisciplinario, con experiencia en evaluar y asesorar todo tipo de organizaciones en temas relacionados a la seguridad. Nos especializamos en programas de manejo de emergencias, simulacros de evacuación, y señalizaciones de seguridad, cumpliendo con los requisitos de las autoridades competentes.
Consulta sobre estos y todos nuestros servicios al 6780-6899 y 6504-8665.